2014年9月5日星期五

Cuando la insuficiencia renal, cuando se lee el siguiente artículo con cuidado

 insuficiencia renal
En muchos caso es posible detectar y tratar a tiempo una insuficiencia renal. Se logra con campañas de
educación y divulgación sanitaria, así como mediante revisiones médicas periódicas. También es importante el control y seguimiento de ciertos procesos, como la diabetes, la tensión arterial alta, el embarazo, etc., así como que la medicación y las pautas dietéticas las determinen médicos especialistas.
Muchas veces, antes de que aparezcan los síntomas de una insuficiencia renal, ya está establecida la enfermedad base que la causa.
En estos casos, las medidas irán destinadas a retrasar la aparición del fracaso renal.
Es posible, de una forma genérica, tomar una serie de medidas preventivas actuando sobre las diversas causas que provocan la insuficiencia renal.
Algo muy importante es comer de manera saludable, mantener un peso adecuado, reducir el consumo de sal y hacer actividades físicas como caminar, correr o andar en bicicleta, todo esto ayuda a mantener controlada la tensión arterial y otras condiciones relacionadas con la salud de los riñones. Además, hay que incorporar el hábito de medir la presión de manera apropiada y frecuente, ya que la hipertensión es el principal factor de riesgo para la enfermedad renal crónica. También hay que mantener los niveles de glucosa en sangre.
Otra aliada indispensable es la hidratación diaria con suficiente agua (en términos generales se calcula que entre un litro y medio y dos litros es una cantidad apropiada), ya que esto colabora con la función depuradora de los riñones, los cuales eliminan los excesos de sales, urea y toxinas.
Del mismo modo, es importante no fumar o pedir ayuda para abandonar la adicción, ya que el tabaquismo disminuye el flujo de sangre hacia los riñones dificultando su función, e incrementa en un 50% el riesgo de cáncer renal.
Otras recomendaciones
Ciertas precauciones son adecuadas para todos, aunque se hace mayor énfasis en algunas de acuerdo a la edad, por ejemplo, para cuidar a los niños son cruciales las medidas de higiene doméstica y la adecuada cocción de los alimentos, a los adultos se los insta a hidratarse bien y no automedicarse, mientras que los ancianos deben realizar chequeos médicos habituales dado que el paso del tiempo es un factor de riesgo.
Los siguientes son los consejos de la Fundación Mundial del Riñón (WKF) para contribuir con en el control de la salud renal:
1-Mantenerse en línea y activo. Caminar, correr o andar en bicicleta ayuda a mantener controlada la presión arterial, con lo cual disminuye el riesgo de progresión de la enfermedad renal crónica.
2-Mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre. Alrededor de la mitad de las personas con diabetes desarrollan algún grado de daño renal a causa de ella, por lo que es importante que, además de mantener a raya los niveles de glucosa en la sangre, se realicen regularmente los análisis de creatinina y proteinuria, que son los marcadores clínicos de la función renal. Esto puede ayudar al control de ambas condiciones crónicas.
3-Controlar regularmente la presión arterial. Muchos controlan su presión por temor a un ACV o a un infarto de miocardio, pero tal vez ignoran que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para la enfermedad renal crónica. Los valores normales de presión sistólica y diastólica se hallan en 120 y 80 milímetros de mercurio respectivamente. Si los valores se remontan a 140/90, se incrementa el riesgo de daño renal, especialmente
cuando a esos valores de presión se agregan altos niveles de glucosa o de colesterol, o una enfermedad cardiovascular.
4-Comer saludablemente y mantenerse en peso. Esto ayuda a controlar tanto la hipertensión, como la diabetes y otras condiciones ligadas a la salud renal. Bajar el consumo de sal: no más de una cucharadita pequeña de café (equivalente a 2 a 3 gramos
de sal) por día , tratando a la vez de consumir menos comidas preprocesadas, incluyendo quesos,, embutidos y panificados, en las que el consumo de sal no se puede regular.
5-Hidratarse con agua. No existe un único acuerdo en cuanto a la cantidad exacta de agua que es necesario consumir diariamente, y además esta depende de la edad, el género, el volumen corporal, el clima y otros factores; pero en líneas generales se calcula que entre un litro y medio y dos litros por día es una cantidad apropiada. Esto colabora con la función depuradora de los riñones, que eliminan los excesos de sales, urea y toxinas. A las personas con antecedentes de litiasis (cálculos renales) se les recomienda
incluso beber entre 2 y 3 litros diarios.
6-No fumar. Fumar disminuye el flujo de sangre hacia los riñones, lo cual de por sí dificulta la función de estos; y además, incrementa un 50% el riesgo de cáncer renal.
7-No tomar medicamentos sin consulta previa. Atención con la sobremedicación: se sabe que muchos antiinflamatorios no esteroides (como el conocido ibuprofeno, diclofenac y aspirina) pueden afectar a los riñones cuando son consumidos muy asiduamente. Si sólo se toman estas drogas esporádicamente, por períodos acotados o en casos de necesidad, todo está en orden; pero las personas que sufren de dolor crónico por problemas óseos
o articulares, por ejemplo, conviene que consulten a su médico para evaluar otras alternativas.

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